16 de mayo de 2012


¿El culturismo involuntario puede ser considerado como tal? Desde luego es de esos días en los que el agotamiento está petando la camiseta sin Maxima FM.

Exterminaría al antagonista de mi cine español y me comería a besos al primer atisbo de amor, o al revés, o yo ya no sé.

Cómo podemos reducirnos al mínimo exponente en momentos de desaliento, cuando comer y callar termina por ser nuestra ducha derrochadora.

La corrupción está en todas partes y a cada uno le afecta según el alcance del déspota o del vínculo con el mismo. No me tachéis de idílica, que el pueblo se ha pillado una varicela de las de adultos y yo no comparto mi cerveza si no preceden méritos propios. Desgraciadamente, llegó un momento en que era tan extendido este ataque zombi, que tuvimos que meter nuevas palabras en el diccionario que expresaran “ese no sé qué”, ese “yo de aquel no me fío”.

Ya nos vino advirtiendo Darwin, pero cuando decía “fuerte” se trataba tan solo de un eufemismo de “piltrafa con TDT”.

Vamos, que una vez llegué a sonreír a un niño, no me agremiéis a las tinieblas, pero mi huelga ya no tiene ni nombre, que cuando tu día no es asalariado, ni es huelga, ni es na.



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