15 de enero de 2013

Ladrillos


Como los aparatos electrónicos, que no se cargan apropiadamente hasta que no se llegan a apagar por completo. Esta explicación será la forma de desmerluzar mis vacaciones.

La marea sigue igual de agitada, aunque por suerte estoy aprendiendo a ver las algas, que tal vez no valgan sólo para ser descartadas en todo menos para llenar las redes sociales de  sushi.

Tengo la suerte de poder permitirme ir entre algodones, al menos por un tiempo. Mayor del que me gustaría y menor del que tal vez llegue a permitir. Lo primero va delante de lo último, que es lo primero.

Las palabras por fuera, el cerebro por dentro.