19 de marzo de 2017

Transeúnte

Llevo tanto tiempo sin comer un plato caliente que he olvidado los sabores intensos. No recuerdo bien el nombre de las palabras ni sabría deletrear a la alegría de principio a fin. He intentado preguntar a mis conocidos por mi pasado y mi presente, ellos se acuerdan de pequeños detalles aunque no los sepa míos. Me intentan convencer de mi vida, pero yo no la conozco de nada.

Sufro de una amnesia horrible, de un desaprendizaje voluntario espantoso. No me han enseñado la bondad y no quiero hacer uso de las armas y las bombas que sé utilizar desde que nací. Los aromas son grises y el paladar está adormecido. Los colores no brillan ni la música vibra lo suficientemente fuerte. No tiemblo, no sonrío, no lloro... tampoco vivo. Ni siquiera existo.

No soy.