11 de septiembre de 2012

Grapas en la cara


Mis ojos se encuentran con sobredosis y, aunque otras veces pensaría lo contrario, esta vez lleva una connotación negativa.

Hacer algo únicamente para ver si da sus frutos es bastante feo, sin disfrutar ni del paisaje, de la comida, ni de na. Cómo se lleva el viento los papelitos y cuantísimos pisapapeles necesitamos (o eso nos hacen creer) a lo largo de nuestra vida.

La escasa ambición de los que dicen desear aprender me sobrecoge tanto como la atrofia lingual al segundo cubata. A veces, la peor histeria es la que va vestida con un suave vestidito de jardín zen, además de ser la menos corregible.

Acelerar el tempo de las baladas de llorera no se considera trampa, ¿no? Al menos, hará que la siguiente canción venga más deprisa y quién sabe el género con el que nos toparemos. Dicho esto, me da que va siendo hora de ducharse, cenar e irse a dormir lo más aceleradamente posible, que ya mañana espero cantaros mi canción de verbena.

5 de septiembre de 2012

Tacheles Kunsthaus



No merece nuestro mustio semblante, así que pasemos la morriña por una graciosa prensadora Play-Doh para hacer con ello ricas hamburguesas.

Una utopía de ésas en las que se nota el sudor en la pared, desvirgando el sentido cada día de la semana. Atrofiada función mitótica, de aquí nace, precisamente, su exclusividad.

¿Berlineses harán nacer ahora la leyenda a partir de pedacitos de cemento a 2 euros la unidad? ¿Los medios justificaron el fin? Gran frasco y mayor contenido, donde esparcir es sinónimo de alimentar.

 No lo tomemos como la quema contemporánea de la biblioteca de Alejandría, que las ganas de trastear siguen ahí. Ningún escrito plasmaría el diez por ciento y el arte ni se crea ni se destruye, se transforma.

Día para rememorar, inventar o reconstruir. Lo importante es que hizo que el cerebro absorbiera sus nutrientes.