30 de mayo de 2012


El talento de quien, aun encharcado el suelo al derramar, no para de robar, único y exclusivo mesías terrenal.

Lo extraordinario, lo exclusivo, lo anti-transgénico, la prueba viva de emancipación de las corbatas. Desgarrar hasta llegar al más puro cenit lisérgico sin tragar.

Como máxima, ser eternos peregrinos de la pintura sensorial.

Convertir la canción en vino, o al revés. Y llorar, llorar de oreja a oreja.

29 de mayo de 2012


Como trofeo general, un par de cervezas o un mar serían más que suficiente. Lo importante es participar, y desde luego, aquí si no se nada de una forma, se suprime la escalera de un click.

 Mucho más de lo que pensamos consiste en ejercitar, sin pausa, pero sí, con prisa, ¡reivindico el poder de la impaciencia!

Qué tremendamente infravalorada está esa codicia tan asquerosa y qué bonita es. Un “¿cuándo llegamos?” de veinteañero, algo ya de purgatorio.

Catarsis con café. Aquí mi sugerencia.

25 de mayo de 2012

VIOLENCIA


¿Es posible dotar de un nuevo significado al término “utopía”?

La carrera en la media es como todas, de no retorno. Quizás la única posibilidad sea crear, para el mismo concepto, un significado más asequible de forma práctica.

Mi mensaje huele a desesperanzada feroz, pero así está mal entendido. Busco eficacia dentro de nuestras posibilidades. Hemos arrasado con mucho y acabado con el antídoto para ese tanto, pero la posibilidad de lubricar lo que ahora tenemos está presente.

¿Pesimismo ante la raza humana? No podemos llamarlo así cuando tenemos tantas marcas de tiza, todos aquellos que piden retratos robot de tanto crimen moral sólo buscan un rato más para encontrar a Wally.

La insolidaridad nos obligó a crear la democracia, nuestro estado, el que el pensador liberal denominó, y muy bien denominado, como “mal menor”. Porque sí, esta forma de delegar nuestro poder a un mini-yo nace de nuestra incompetencia como parte de un conjunto.

Todo anda muy turbio por los tejados, pero no abusemos, como ellos, de métodos de distracción, que por abajo la cosa está muy, pero que muy verde.

¿Qué podemos esperar?, será el redbull nuestro de cada día mientras nos dé más vergüenza llevar ropa de colores fosforitos que tirar papeles al suelo.

Hay camas muy cómodas, siendo la más confortable de todas la de dar la mano y coger el brazo. Nos hemos transformado en monstruos del fetichismo. “Eso ya se dijo”, murmullos. Sin embargo, mientras lo decía no os habéis dado cuenta de que ya os han quitado la cama.

Nos ha dejado secuelas difícilmente tratables el hecho de construir nuestros cimientos sobre la propiedad de bienes como prioridad. Aquí todos sabemos que la próxima guerra civil no estallará hasta que veamos desaparecer el fútbol o las redes sociales.

Saca el pañuelito blanco por la ventanilla del tren y di adiós al criterio, y ojo, que no sé si te has dado cuenta, pero el que se va de viaje eres tú.

Es cuestión de conciencia selectiva. No hemos caído en que la mayoría de los grandes éxitos en muchos campos están pre-firmados y estamos fielmente enamorados de la libertad en la exigencia estudiantil.

Las artes están llegando al menosprecio que arrastraban siglos atrás, aunque tal vez si se volvieran a equiparar artista y artesano podrían irse de fin de semana, porque sí, está muy cerca de la locura, ¿retribuir al que le guste su trabajo?

Votar pronto y mal, O qué coño, no votar, y el que vote, que lo haga en contra. Dientes, que eso es lo que les jode. Y no, no reímos mejor, porque no vamos a reír los últimos.

Admiración ante la omnipotencia de todos aquellos que hacen huelga mientras están en los brazos de Morfeo.

Ciudadanos que ilegalizamos la marihuana, pero nos inyectamos en vena un narcótico irreversible cuando, dentro de nuestra homosexualidad, queremos bautizar a nuestros hijos.

La Iglesia como institución-submarino. Tal vez lo más sano sea reconocer nuestra imposibilidad de llegar a la razón última de las cosas y apagar esta teletienda, la más cutre de todas.

“Oye, que yo mi indiferencia la dejo cuando quiero, pero es que no quiero”

Gente que critica el humor negro, pero que se esnifa a pares programas del corazón con constantes asesinatos a la dignidad, individual y colectiva. La burla hacia ese no tan grande porcentaje de la población que realmente busca el aprendizaje desinteresado.

Somos de fácil piruleta, encontrándonos en la mayor ciénaga y comenzando a distinguir peor al enemigo cuando, un año antes de unas nuevas elecciones, el alto mando se prepara para el acicalamiento social de rigor.

Que nos pillen confesados y que corra el ron.

De puertas para dentro y para fuera, BIOlencia.


 

16 de mayo de 2012


¿El culturismo involuntario puede ser considerado como tal? Desde luego es de esos días en los que el agotamiento está petando la camiseta sin Maxima FM.

Exterminaría al antagonista de mi cine español y me comería a besos al primer atisbo de amor, o al revés, o yo ya no sé.

Cómo podemos reducirnos al mínimo exponente en momentos de desaliento, cuando comer y callar termina por ser nuestra ducha derrochadora.

La corrupción está en todas partes y a cada uno le afecta según el alcance del déspota o del vínculo con el mismo. No me tachéis de idílica, que el pueblo se ha pillado una varicela de las de adultos y yo no comparto mi cerveza si no preceden méritos propios. Desgraciadamente, llegó un momento en que era tan extendido este ataque zombi, que tuvimos que meter nuevas palabras en el diccionario que expresaran “ese no sé qué”, ese “yo de aquel no me fío”.

Ya nos vino advirtiendo Darwin, pero cuando decía “fuerte” se trataba tan solo de un eufemismo de “piltrafa con TDT”.

Vamos, que una vez llegué a sonreír a un niño, no me agremiéis a las tinieblas, pero mi huelga ya no tiene ni nombre, que cuando tu día no es asalariado, ni es huelga, ni es na.



9 de mayo de 2012


La fatiga voluntaria sabe al mejor de los envejecimientos. No sabes lo que tienes hasta que lo muerdes, y aun así, hasta el sabor de la miel tiene una interpretación bidimensional.

Ser gastronómica y vitalmente transexual, que no nos queda otra que comer donde caemos muertos y la intervención litúrgica no está al alcance de todos los bolsillos.

Comerte tú el pan antes de que te coma él a ti, se puede, y en esas estamos todos, que pensamos un día el título del libro sin haber aprendido a tener resaca los domingos.

Sentada, exhausta, sonriente y con mi vestido de misa. Me han retuiteado la causa y ahora estoy en todas partes.

5 de mayo de 2012

Sábado


Palpándome la cabeza también lo noto, me siento terriblemente hambrienta, y eso que como, como y dejo comer, otra cosa es que los demás no gusten.

Estoy ávida de sangre, deseosa de sangre azul, pero de esa de gente acaudalada por las tripas. ¿Por qué en las milhojas de las buenas el 95% es nata? por muy dulces que sean, las bambas están en modo gandul.

Hay días de esos saltarines, con un buen pronóstico meteorológico para tu patata, que sí, que uno nunca se lo cree, pero se sale sin paraguas igual.

Te duele una mañana la tripa y piensas, “nota mental de aquí a 3 días: detenerme un trix y ver lo bien que se está cuando se está bien”, por supuesto, luego nunca lo recuerdo.

Es acojonante vivir de vez en cuando un subidón de amperios, me compadezco del que no lo explora, aunque confieso también mi envidia hacia el que no lo necesita.

Sensación de domingo un sábado, eso sí, con cuerpo y cara de viernes.

Si al final es por el vasito de los cojones, contenedor, y nada de reciclaje, a ése ni agua.

4 de mayo de 2012


Soberbia, término de significado extremo, sin embargo, no sé qué puede resultar más exagerado, si la idea itself, o el hecho de que su sonoridad sea más folclórica y opulenta que la de la palabra polvorón.

Me he puesto a indagar sobre su definición en el diccionario y la siguiente, la número 3 (importante mención por la similitud que le atribuyo con la altura en una búsqueda en Google), es sin duda la más gratuita:

“Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa”

Casi Esparta, de lo que va más allá de lo excelente, lo grande, la hostia de grande, ¡la hostia de pompa!

Me produce placer el conocer el significado correcto y estricto de una palabra comúnmente empleada para agredir de forma oculta a esas personas que te llaman “cariño” en los comercios,  que no es que quiera yo hablar de trastornos o epidemias así entre semana, pero esa versión cutre de amor caballeresco causa enormes fracturas, de esas caras, de las de dientes alineados.

Ánimo, libertad de prensa, menos a esos, todos menos esos de las tiendas.

1 de mayo de 2012


Lo más fructífero de mi día ha sido darme cuenta de que es martes, que no miércoles,  y aquí andamos, sin fiesta, ni oferta, ni ná.

Me ha dado por reflexionar sobre lo que debería estar haciendo, no he sacado demasiado en claro, pero he recordado que en el colegio hacíamos enjuagues bucales con flúor, eso sí que es gracioso y no mi pereza.

Cómo le gusta a la multitud depender de la nicotina, eso es para blandos, no está hecho para vigoréxicos del amor como yo. No es hiperglucemia que ahora distinga qué es un mirlo, estoy orgullosa de ello y lo haría serigrafiar.

No es por infravalorar personalidades o experiencias ajenas, está feo si no es tu cumpleaños, sólo digo que absorbo e irradio drogas muy raras, todo muy bonito (¡atún, atún!), ni los maxi molinos de la meseta, esto es energía renovable en potencia.

No sé cómo lo hago que siempre acabo pidiendo dinero.