1 de mayo de 2014
Soporte
Cerca de mi portátil se encuentra la distante foto de mi último cumpleaños, mucho más esmerada y mejor custodiada que la memoria de mi disco duro interno. En lo que va de año, lo único en lo que advierto cierta evolución es en la forma en que mis dedos acarician las teclas de mi particular instrumento de manera más escandalosa, elaborando estados y términos que jamás creí llegar a destapar. Entretanto, mi robótica actual oxida mi reproductor, mi agencia de viajes y mis libros de cocina; sin ellos, la música, el turismo y mis tomates parecen estar cobrando más sentido que nunca.
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