31 de enero de 2018

Sé la oscuridad

Mueve poco a poco la cintura, baila haciendo círculos, vive la brutalidad muy despacio, que hable en nombre de todos tus sentidos y cometa crímenes. Deja que la paciencia por morir se apodere de ti, que en lo visceral te sientas más vivo que nunca, aparta la felicidad para los niños y baila, invoca a la tortura.

Siente la noche como el fin, el día no existe sin ella, avívala. Prende las malditas ramas de las palmeras, destroza tu cara a través del cansancio, revive la sensación del parto y convierte ese rincón de recreo en una sala de ejecución.

Destruye dulce.



24 de enero de 2018

Oslo

Dejé de creer en el amor en plena guerra. Hoy releo mis pensamientos y todo cobra sentido; la violencia, la insensatez, las drogas... Todas dentro de mi estómago abrasando mi esófago hasta vomitar fotografías. 

Mis lágrimas son ácidas, venenosas gotas de odio en las que puedes mirarte, lleno de realismo en una humedad que me arde. Sigo viviendo cada día en un lugar diferente y uso la misma ropa una y otra vez. Aplasto el mismo equipaje en la maleta una y otra vez.

He escuchado una vieja canción que habla de querer y no la quiero entender. Es más sencillo cuando no comprenden tus sonidos. Cuando nadie habla un idioma contigo para dejar esos códigos y esa riqueza vacía cuando se va. 

Prefiero toda una vida aquí sola que un solo día allí hablando tu dialecto.