No me han
invitado.
No sé cómo
justificarlo, no tengo la suficiente confianza como para que me enseñen a pasear
de forma gratuita y tampoco quiero aprender más nombres. No tengo forma de ir
más que la más fácil, que más ingrata es y menos mutua, pero igualmente luchadora.
Lo exclusivo en
el buen sentido va religiosamente acompañado del malo, aunque siempre nos
quedará lo aislado, que ha superado con creces la virginidad de lo único.
La filtración se
produce cuando no hay información, esos episodios son los que alejan el zoom a
lugares insólitos para después no ser capaz de escapar de sus dulces garras en
el momento de ampliar esa casta periferia.
Mientras haya
mutantes, siempre habrá poesía.